“Eso fue en cuestión de segundos”, así comenzó el relato de un pasajero del Sistema de Transporte Masivo Transmetro luego de que delincuentes le hurtaran parte de sus pertenencias mientras se movilizaba a su lugar de trabajo.

El hecho ocurrió a bordo de un bus articulado R10, tras haber hecho el transbordo de la ruta alimentadora A32, procedente de Soledad 2.000.

No se dio cuenta cuando le extrajeron sus pertenencias hasta que vio la cremallera de su bolso abierta. Los criminales, bajo la modalidad del ‘cosquilleo’, cometieron el hurto.

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“Yo vivía en Soledad 2.000 y todas las mañanas tomaba el alimentador A32. Ese día no estaba tan lleno el bus, por lo que llevaba mi bolso detrás de mi espalda, pero cuando subí al R10 sí estaba algo lleno. En un momento, me di cuenta de que me habían abierto el bolso y sacado una batería portátil, un cargador y hasta mi perfume. Eso fue en cuestión de segundos, porque uno siempre va como pendiente del tema”, contó el usuario.

Este caso no es un hecho aislado. La inseguridad en Barranquilla y su área metropolitana también se padece en el transporte público.

Un reciente informe realizado por el observatorio de la Oficina para la Seguridad y Convivencia Ciudadana reveló que durante los primeros cinco meses del año 2025 se reportaron 151 casos de hurto a personas mientras se movilizaban en buses urbanos, intermunicipales y Transmetro.

En este último, con un balance de 71 casos —entre el 1 de enero y 30 de abril— dentro de las estaciones, buses alimentadores y articulados.

En las cifras, Barranquilla se muestra con una participación del 73%, considerada la de mayor afectación de estos hechos delictivos. 

La ocurrencia de estos casos se registró así: 52 en Barranquilla; 18 en Soledad y 1 en Puerto Colombia.

“El 80% de los hurtos se presentaron al interior de los buses alimentadores o en los buses que se movilizan por las troncales y un 20% en las estaciones”, refiere el informe.

Identificaron 13 puntos como de alta concurrencia de estos hechos: avenida Olaya Herrera, entre calles 50 y 53; calle 72 con carrera 38; calle 72 con carrera 43; calle 72 con carrera 54; calle 76 con carrera 54; carrera 54 con calle 59; Circunvalar en el sector Alameda del Río, 7 de Abril y Puerta Dorada. Asimismo, la avenida Murillo en las carreras 2, 8, 14 y 21.

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Se estima que podría existir un subregistro debido a que algunas personas no realizan la denuncia respectiva ante las autoridades competentes.

De acuerdo con el documento, esta situación no solo viene afectando la seguridad de los usuarios, sino que además se ve impactada la movilidad de la ciudad y la operación del Sistema, por cuanto los pasajeros deciden migrar a otras alternativas de transporte como taxis, motos o vehículos privados, contribuyendo a una mayor “congestión vehicular”.

Entre las modalidades referidas, empleadas por los delincuentes a los usuarios, se destacan el atraco, cosquilleo y robo. Generalmente la comisión del delito se ejerce durante las horas pico, aprovechando la aglomeración y la distracción de algunos pasajeros.

“Los usuarios brindan la ocasión al delincuente para actuar, cuando se usa el celular al interior de los medios de transporte, al cargar el bolso a la espalda, la billetera en la parte posterior cuando no se está pendiente los objetos personales”, señala el análisis hecho para sustentar la celebración de un convenio para abordar esta problemática.

La Alcaldía de Barranquilla y Transmetro adelantaron en 2024 acciones tendientes a reducir las “oportunidades de delito” dentro del Sistema Masivo.

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Focalizaron la estrategia en sectores y estaciones de la troncal Murillo y Olaya Herrera, así como las rutas alimentadoras: A1-2 Carrera Ocho; A1-3 Galán; A1-4 La Magdalena; A6-5 Carrizal; A6-6 Ciudadela; A7-1 Miramar; A7-3 Carrera 38; A7-4 Los Andes; A8-1 Paraíso; A8-2 Vía 40; A8-3 Prado; A9-3 Buenavista; A9-4 Carrera 46; U-30 Universidades y Gran Malecón.

En ese convenio, según la información contenida en el informe, impactaron 10 mil usuarios con la implementación de actividades lúdico-pedagógicas y socializaciones sobre prevención del delito en el transporte público de la ciudad.

“Persiste la necesidad de intensificar estas metodologías y estrategias, para generar percepción de seguridad en los habitantes y tranquilidad entre los usuarios de los diferentes servicios de transporte en la ciudad”, se dice en la sustentación para celebrar un segundo contrato durante esta vigencia de 2025.

Este nuevo proyecto, que está colgado en el Secop y se encuentra en etapa de presentación de oferta, tendría un costo aproximado de $2.142 millones para impactar a una población diaria de 12 mil personas.

El objetivo del contrato es “aunar esfuerzos y recursos en el desarrollo de una estrategia para la reducción de oportunidades del delito en el transporte público urbano en el Distrito de Barranquilla”.  

Se implementarían jornadas de socialización y de activación social con talleres y otras actividades en los barrios y comunidades cercanas a los 13 puntos de alta concurrencia ya priorizados.

“Es esencial implementar un proyecto integral que combine medidas preventivas para mitigar la oportunidad de delitos en el transporte público urbano en Barranquilla, dado que, sólo a través de un enfoque coordinado y sostenido en el tiempo, se podrá garantizar un transporte público urbano, seguro y confiable para todos los ciudadanos”, apuntó el informe.